Icono del sitioLa Lola se va de boda

Vanesa y Dani, una encantadora boda en el Pirineo

Organización de bodas en el Pirineo

Seguro que en Instagram o en Facebook os habeís fijado en las imágenes que hemos ido colgando de la boda de Vanesa y Daniel. Una boda que llevábamos preparando desde hace meses, desde que esta encantadora pareja nos contactó para celebrar su boda en el corazón del Pirineo, y más concretamente en el paradisiaco Valle de Pineta. Desde un primer momento, la idea de celebrar la boda en una pradera situada junto al Parador Nacional de Bielsa, nos atrapó. Era nuestra segunda boda en el Pirineo, un lugar con  especial significado para nosotros, ya que allí celebramos nuestra primera boda hace ya dos años y medio, y el formato que comenzamos a diseñar junto a Vanesa y Dani dejó volar nuestra imaginación.

La celebración de la boda se celebró tal y como hemos dicho en una bucólica pradera, rodeada de bosques y de las cimas y cascadas que conforman el final del valle. Sobre la pradera, sillas de madera para acoger a los invitados, un arco con hiedra y flores para enmarcar el lugar, un banco antiguo restaurado por La Lola, un cuarteto de cuerda, y guirnaldas de hiedra y unas llamativas bolas florales con siempreviva y lismonio. Como alfombra, sobre el verde del prado, hojas de pétalos de rosa para enmarcar el pasillo central, y cientos de florecitas a modo de alfombra.


Tras la emocionante ceremonia, en la que se nos puso un nudo en la garganta con las palabras de los novios, el cóctel servido en la terraza del Parador fue la siguiente parada de los invitados de la boda. Allí, los centros de atención fueron el libro de firmas y el árbol de los deseos, y el seating plan, diseñado con troncos y marcos de madera elaborados por nosotros mismos para no romper con este fantástico entorno.

Y tras el cóctel, el banquete, decorado con troncos de madera, botes decorados con puntillas, flores a modo de ramilletes silvestres… y por supuesto, la candy bar, de aires rurales, y el photocall, un marco gigante en madera decorada con musgo y líquenes que parecía recién salido del bosque y que sirvió para encuadrar las fantásticas vistas de las que puede disfrutarse en este maravilloso rincón del Pirineo.

 

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