Esta es otra de esas bodas que teníamos muchas ganas de mostrar, pero que por falta de tiempo todavía no habíamos podido hacerlo. Estamos hablando de la boda de los Danis, una estupenda pareja de chicos que protagonizaron la primera boda gay que ha organizado La Lola se va de Boda.
El espacio, Finca Los Rosales de Cubas, una finca preciosa que abre sus puertas en la localidad madrileña de Cubas de la Sagra. ¿La fecha? El primer fin de semana de septiembre. Un tiempo increíble, mucho mejor que el que hemos tenido el resto del verano.
Y los protagonistas, Dani y Daniel, una pareja encantadora que se casaron teniendo como maestra de ceremonias a Victoria Luguera. La ceremonia, por cierto, fue super emotiva. Se celebró en los jardines de la finca, y para decorarla, apostamos por la tradicional alfombra roja, con cientos de pétalos de rosa blanca esparcidos por encima, y enmarcada por grandes maceteros decorados de margarita blanca.
Las sillas, engalanadas con lazos handmade, y la zona del altar, y dado que se trataba de una boda gay, llena de color, inspirándonos en la bandera del arco iris. Tules cayendo, un corazón gigante de madera de fondo, guirnaldas de hiedra y paniculata, y flores decorando las partes superiores de la estructura, y por supuesto sobre la mesa.
Dani, llevó un bonito ramo de girasoles diseñado por La Lola, y su novio, Daniel, un elegante prendido en verde en la solapa.
Tras la ceremonia, el cóctel, y con el cóctel, el momento en el que los invitados pudieron ver ‘El Bosque del Amor’, un encantador rincón decorado con piñas, rafias y corazones de madera con decenas de fotografías en formato Polaroid que resumían la historia de amor de esta feliz pareja. Y mientras tanto, el sol comenzaba a ponerse, como telón de fondo de esta fiesta.
Tras el cóctel, la cena en la carpa. Para decorar las mesas, elegimos unos elegantes centros con gerberas y velas, con cientos de pétalos rojos echados al azar en torno al centro para dar un aire más romántico si cabe a la cena…
Y tras la cena, cuando parecía que todo estaba finalizando, las últimas sorpresas de La Lola. En el entorno de la piscina, lugar en el que iba a celebrarse el baile, aparecieron decenas de velas en tarritos decorados con puntilla y rafia. La piscina, también iba decorada para lucir durante el baile.
Y por supuesto, en esta fiesta no podía faltar el photo call. Un photo call lleno de encanto situado junto a la piscina y diseñado en tonos dorados al que no le faltaba de nada. Desde una espectacular alfombra, o un biombo como fondo, a un elegante sillón en el que sentarse para sacarse un retrato, además de un espejo, marcos para echarse divertidas fotos y un perchero del que colgaban objetos para disfrazarse y pasar una noche inolvidable. Dani, Daniel, muchas felicidades, y gracias por dejarnos organizar una boda como la vuestra…